Catalunya y España: El alquiler escaso y más caro que en los países europeos de más renta.

En Londres, París, Berlín y Viena el régimen de arrendamiento supera el 40% de las viviendas.

En la capital austriaca la abundancia de oferta de alquiler social ha abaratado el precio del privado.

Madrid es la capital que dispone de menos pisos en alquiler de los 15 países que hasta hace poco formaban la Unión Europea y eso se debe, según el catedrático de Sociología de la Universidad Complutense, Jesús Leal, a que hay muy poca vivienda pública en arrendamiento, sólo el 1% del total.

Algo que explica que los madrileños se emancipen cuatro años más tarde que los parisienses y cinco que los vieneses, dos ciudades en las que el alquiler es muy elevado, igual que su oferta pública. Viena, cuya zona urbana cuenta con 2,2 millones de habitantes – en la ciudad viven 1,6 millones de personas— tiene un legado de vivienda social desde hace 70 años, según dijo el catedrático de Geografía Humana de la Universidad de Viena, Walter Matznatter, en unas jornadas organizadas por el Ayuntamiento de Madrid.

Gracias a este parque, el 77% de los habitantes vive en alquiler (el29%privado) y el 19,5% en propiedad. Y es que, como explicó, el 80% de los austriacos se beneficia de la política de vivienda. Una forma para que la promoción en alquiler haya pasado de representar del 8% del mercado al 21% actual en los últimos 20 años.

Los pisos municipales se han convertido en los preferidos para la población vienesa. Yeso que sus precios no difieren tanto de los privados. “Las rentas están por debajo de la media europea por la competencia del sector social. De media, las casas privadas cuestan 9,50 euros por metro cuadrado, y las sociales, unos siete euros, precios muy bajos para la cuarta ciudad más rica de Europa”.

La región de L’Ille de France, a la que pertenece París, con más de 10 millones de habitantes, de los cuales 2,2 viven en la capital, concentra el 17% de la población gala. El 80% está en régimen de alquiler, público y privado casi a partes iguales, según Jean Bosvieux, director de estudios de ANIL (Asociación Nacional sobre Información de Vivienda).

Cuando alguien busca su primer alojamiento suele ser en arrendamiento y acude al mercado privado, porque para acceder al público debe esperar un año, como mínimo. El alquiler social está muy regulado y un inquilino puede quedarse en la casa el tiempo que quiera (el 44% de ellos está una media superior a 10 años). En el arrendamiento libre los contratos son de tres años de duración. Los precios del alquiler social son de media de 5,2 euros por metro (347 euros mensuales) y los del privado de 11,4 euros por metro (690 euros al mes), eso en L’Ille de France, porque en París suben a 7 y 19 euros, respectivamente. Una diferencia muy grande que explica que cuando se consigue un alquiler social no se quiera abandonar.

De hecho, para las 1.000 viviendas públicas que hay existen más de 3.000 solicitudes. En Francia son las asociaciones de vivienda sin ánimo de lucro las que gestionan y promueven los edificios en alquiler (hay unas seiscientas) y actualmente se está intentando desarrollar más vivienda social a través de ellas. Las ciudades de más de 50.000 habitantes están obligadas desde 2000 a tener un parque de vivienda social en alquiler (el 20% del total). No todos los ayuntamientos se están esforzando en conseguirlo y, si no lo hacen, serán sancionados, señala el director de ANIL. En la primera valoración del cumplimiento de esta norma el Gobierno francés se quedó con 39 millones de euros en concepto de penalizaciones procedentes de 363 ayuntamientos que no alcanzaron el objetivo.Aun así, la medida está produciendo algunos frutos: entre 2005 y 2006 se han construido casi 20.000 pisos sociales.

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